La escueta vieja fórmula decía:
"recuerda, hombre, que eres polvo, tierra",
y a ese polvo volverás con prisas;
¡recuerda ese tu origen, recuerda!
La fómula actual del nuevo rito,
nos habla más de vida que de muerte,
recuerda lo importante y positivo:
"¡vuélvete a Dios y el Evangelio cree!"
Y el polvo austero de la gris ceniza
marca sobre las frentes humilladas,
el signo de la cruz, signo de vida,
que va desde el Calvario hasta la Pascua.
"¡Rasga tu corazón, no los vestidos"!
que se convierta a Dios y a él se abra,
para que sobre ti caiga el rocío
de un tiempo de perdón, kairós de gracia.
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