Me pregunto: ¿no estamos saturados
de ver tantas caritas demacradas,
con los mocos colgando a chorretadas,
y los vientres hidrópicos hinchados?
Pues no parece estemos afectados;
¿tendremos las conciencias estragadas
y por eso ya no nos dicen nada?
¿Corazón y conciencia congelados?
Hay que actuar cual buen samaritano;
pararse y detenerse en el camino,
acercarse al herido como a hermano,
darle de nuestro aceite y nuestro vino,
(aunque sea judío o africano)
¡que si no, soy fratricida asesino!
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