sábado, 28 de abril de 2007

Yo soy el buen pastor

"Yo he venido para que tengan vida,
una vida divina y abundante".
Y te diste cual pasto exuberante,
haciéndote tú mismo mi comida.

Eres buen pastor que a pastar convida,
eres pastor que guía y va delante;
que llama con sus silbos a la errante
y carga en hombros a la que va herida.

Si tú eres mi pastor, nada me falta,
porque eres para mí jugoso prado
donde tu luz y tu gracia el verde esmalta.

En tu paz, yo sesteo recostado,
y en mis sueños un Buen Pastor resalta:
oveja a hombros, zurrón y cayado.

viernes, 27 de abril de 2007

El Buen Pastor

Jesús es mi Pastor, nada me falta;
en jugosas praderas me apacienta,
me guía, me protege, al lobo ahuyenta
cuando, hambriento, al rebaño, fiero, asalta.

Su silbido y su voz no sobresalta,
no asusta a las ovejas ni amedrenta;
es silbido y es voz que las contenta,
porque al decir su nombre las exalta.

No sólo eres Pastor, sino Cordero,
y eres tú mismo el pasto que da vida
dejándote comer, vivo y entero,
pues tu carne -dijiste- era comida;
y hasta llegar al redil verdadero
tú serás mi Pastor, pasto y bebida.

lunes, 23 de abril de 2007

Pesca Milagrosa (Lc 5) (Jn 21)

"¡Arroja, Pedro, las redes
a la diestra de la barca!"
ahí te esperan muchos peces,
brillantes como la plata,
como nunca los has visto
saltando sobre estas aguas.

Pero, ¿qué dices, Señor?
Hemos pasado la noche
bregando hasta más del alba,
y hasta la hora de tercia,
sin haber cogido nada;
¡mira vacía la espuerta...
ni un pez te podré ofrecer
sobre nuestra pobre mesa!
Pero creo en tu palabra
y, aunque mi fe es muy pequeña,
en tu nombre echo la red,
y, si tú quieres, la llenas.

La pesca fue milagrosa,
la fe colmó la medida,
y cogieron tantos peces
que casi la barca hundían.

Todos de la red tiraron
hasta dejarla en la orilla.
Los contaron, uno a uno;
todos grandes, clase fina.
Ciento cincuenta y tres eran,
el mismo número exacto
de especies ya conocidas
por ictiólogos romanos
que, en géneros y familias,
tenían clasificados.
Eso era decir,
que en esa barca de Pedro,
que se llamaría Iglesia,
entraría el mundo entero;
hombres de todas las razas,
hombres de todos los pueblos,
capturados por la red
y el cebo del Evangelio.

jueves, 19 de abril de 2007

Emaús (Lc 24)

Con perezoso paso,
cabizbajos y desesperanzados,
-lamentando el fracaso-
regresan apenados
a Emaús, y un tanto avergonzados.

Un peregrino extraño,
se puso a caminar cabe a su vera:
-¿Qué es ese rostro huraño
y esa voz lastimera,
y cuál la discusión que os altera?

-¿Ignoras qué ha pasado
aquí, en Jerusalén, en estos días?
¿cómo han crucificado,
entre mil villanías,
al profeta Jesús, nuestro Mesías?

-"¡Qué torpes en creer
cuanto dicen las santas Escrituras:
cómo iba a padecer
la cruz y sus torturas,
para entrar en su gloria en las alturas!"

-¡Ya hemos llegado a casa,
ya se acabó, por fin, nuestro camino!
Ven con nosotros, pasa
amigo peregrino,
comparte nuestro techo, pan y vino.

Sentados a la mesa,
toma Jesús el pan y lo bendice;
lo parte, y ¡oh sorpresa!
aquel gesto predice
que está vivo y presente, ¡el pan lo dice!

Y con su fe pascual,
-que es fe viva y recien resucitada-,
con ánimo jovial,
corriendo a gran zancada,
vuelven a desandar la ruta andada.

Su hondo, alegre gozo,
se vio en Jerusalén centuplicado;
un grito de alborozo:
"¡está resucitado!
¡se apareció a Simón, y él lo ha afirmado!"

domingo, 8 de abril de 2007

¡Ha resucitado!

Un sepulcro prestado fue tu tumba
que, cavado en la roca te acogía,
y un silencio gestante dentro hervía
como enjambre de luz que, inquieto zumba.

Una explosión de luz, al fin retumba
en silenciosa vibrante sinfonía
que, orquestando aleluyas de alegría,
va alumbrando a los muertos de ultratumba.

Sobre Jerusalén-proféticos aciertos-
amaneció hoy radiante mi Señor;
ya no habrá que buscarte entre los muertos,
pues, más fuerte que la muerte fue tu amor.
¡Queremos esta Pascua estar abiertos
a tu oferta de vida y de claror!

viernes, 6 de abril de 2007

"Padre, en tus manos pongo mi Espíritu."

- "A ti, Padre, mi espíritu te entrego",
un espíritu doliente y humillado,
que fue a tu voluntad siempre entregado
porque nunca a la mía tuve apego.

Sabía que la cruz no iba a ser juego,
que sería un maldito al ser colgado,
pero Tú mi dolor has aceptado
porque es siempre a tu amor al que me entrego.

A tus manos mi espíritu remito,
que en tu seno paterno está mi cita;
tu silencio se ha hecho puro grito
que, unido al de mi sangre, ahora grita:
¡el amor de Dios - Padre es infinito
y un amor que redime y resucita!

jueves, 5 de abril de 2007

Última Cena

"¡Con qué ansia he querido y esperado
celebrar con vosotros esta cena,
esta Pascua, tan nueva, que hoy estrena
el Cordero de Dios sacrificado!"

Y, en medio de los tuyos recostado,
les hablas del escándalo y la pena
que han de sufrir, llegada tu condena,
pero que habrás e estar siempre a su lado.

Y les dejas tus signos y tus gestos,
-signos de amor fraterno verdadero-:
un pan y un vino ya en la mesa prestos,
y un lavado de pies -humilladero-
"para que hagáis así y estéis dispuestos
a lavaros los pies con mutuo esmero."

domingo, 1 de abril de 2007

Domingo de Ramos (Mt 21)

Sobre un peludo pollino,
sobre un borriquillo manso,
entras en Jerusalén
en humildad cabalgando.

Nadie puede sospechar
que, de esa guisa montado,
puedas ser tú el Rey Mesías,
un David de espada y arco.

Los niños gritan, jalean,
y agitan palmas y ramos,
y los discípulos tienden
sobre la estrada sus mantos:
-"Bendito sea el que viene
en el nombre del Dios Santo!"
¡Hosanna al Rey y Mesías,
al nuevo David soñado!

Escribas y fariseos,
protestan -duros, airados-
queriendo acallar las voces
de aquel pueblo entusiasmado.

-"Si hoy los niños no gritaran
mi triunfo con estusiasmo,
lo gritarían más fuerte
las piedras y los guijarros."

Jubilosos, agitemos
nuestras palmas, nuestros ramos;
como los niños hebreos
gritemos nuestros aplausos,
nuestros hosannas y vivas,
al que llega cabalgando
sobre el peludo Platero,
pacífico, humilde, manso.