martes, 11 de marzo de 2014

Bendecid a los que os maldicen (Lc. 6, 28)

Debéis amar incluso al enemigo,
y al que te golpea, hiere o maldice,
tú perdónalo siempre y lo bendice,
pues así lo hago Yo siempre contigo.

Que aunque el pecador merezca castigo,
mi amor de Padre nunca se desdice,
pues soy Amor y es siempre lo que hice;
yo no sé condenar, sólo bendigo.

Al hachazo que el sándalo recibe
solo ofrece fragancia en su mutismo;
regala un bien por el mal que percibe.

Este es mi Evangelio y Catecismo:
"perdona y ama, al malo inclusive";
si quieres ser cristiano harás lo mismo.