miércoles, 27 de junio de 2012

Un doble milagro (Mc 5, 21)

Jairo, el jefe de la sinagoga,
se postró ante Jesús reverente,
pidiéndole angustioso y muy doliente,
cure a su hija a quien la muerte ahoga.

La hemorroisa con su fe dialoga:
"si toco el borde del manto, silente,
mi hemorragia dejará ser fuente".
- "Tu fe, hija, hoy te salva y aboga".

-"Jairo, la niña ha muerto entre tanto,
ya es inútil de Jesús la venida",
sólo queda desconsuelo y quebranto.

- "Tú, muchacha, levántate enseguida",
y vosotros todos dejad el llanto
"que la niña no ha muerto, está dormida"

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