lunes, 4 de octubre de 2010

CREYENTE "Señor, auméntanos la fe" (Lc. 17,5)

El creyente, es como un niño que juega
a dejarse caer, ojos cerrados;
y lo hace alegremente, confiado
en los brazos del padre que lo espera.

Y es, como circense funambulista
que recorre la cuerda del misterio,
-ojos vendados al vértigo y al miedo-
y la esperanza como red amiga.

Sobre el abismo del misterio oscuro,
sólo una fe y una esperanza vivas
pueden tender sus puentes por encima
y trascender sus sombras y sus muros.

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