lunes, 11 de agosto de 2008

Jesús pasa

Ibas de aldea en aldea
y, aunque siempre ibas de paso,
nadie podía decir
que tú pasases de largo.
Por más deprisa que fueras,
siempre tomabas contacto
con el pobre y el enfermo,
¡siempre allí pasaba algo!
Que por donde tú pasabas,
-aunque fuera breve el paso-
algo nuevo iba a ocurrir,
¡pues, no pasabas de largo!

Tú sigues viniendo a mí
en un encuentro diario,
y yo sé muy bien, Jesús,
¡que nunca pasas de largo!

1 comentario:

Maria Jose Acuña Belaustegui dijo...

Jesús pasa y no le seguimos como es nuestro deber de cristianos, gracias por este blog padre, es un regalo del cielo, con cariño Maria José