Junto a la santa madre, gran Teresa,
apareces, pequeña Teresita,
como la más peqeña carmelita
que en vivir del amor pone su empresa.
Un día descubriste, sin sorpresa,
que lo que más la Iglesia necesita
son corazones que amen gratuita
y filialmente al buen Dios que nos besa.
Si Dios es Amor, por definición,
tú sabías que había que buscarle
por caminos de un niño corazón.
Como niña, supiste suplicarle
que hiciera del amor tu vocación,
pues, toda santidad está en amarle.
2 comentarios:
Para Inés de Argentina
¡Santas gracias Padre!, usted no sabe la alegría que me dió al corazón. Es un bello regalo de la pequeña normanda que supo guiar sus manitos para crear este maravilloso soneto.
Que Teresita derrame abundantes rosas de virtud y de gracia en su alma.
¡Que Dios lo bendiga!
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