sábado, 9 de febrero de 2008

¿Para qué sirve la sed?

"Bueno es saber que os vasos
nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la sed."
Antonio Machado (Provervos y Cantares, XLI)


Yo respondo a esa ignorancia
porque yo me sé un porqué:
porque el hombre es un deseo
y el deseo es una sed.

Que ¿para qué sirve, pues?
Pues sirve, señor poeta,
-y eso lo sabe Vd. bien-
para volver a beber;
para volver a sentir,
una y otra vez,
un deseo satisfecho,
aunque vuelva a renacer.

Tú mismo en otro cantar,
con diferentes palabras,
viniste a decir igual:
"la verdad es la esperanza".

La vida es puro deseo,
aunque sin saber de qué;
es ansia de caminante
que necesita beber
en todos los manantiales
con fruición y avidez.
Porque el hombre es peregrino
que nunca apaga su sed;
su deseo es insaciable,
porque una vez satisfecho,
siempre llega otro después;
y hasta que llegue al final
arden de fiebre sus pies.
Y esto, en lenguaje cristiano
lo decimos de una vez:
Esperanza teologal.

Para que la vida sea
una vida de verdad,
tiene que ser un proyecto,
un lanzarse a caminar
hacia horizontes abiertos,
hacia una meta final
donde ya no haya horizontes
que inciten a ir más allá.
Quedaremos sin deseos
sólo al fin del caminar,
cuando bebamos a tragos
las aguas de la Verdad
que sacian por fin la sed
en divino manantial.

Y aún mantengo mis sospechas
si al beber de esa Verdad
en las fuentes de la Vida,
no se aumenten siempre más
los deseos de beber,
que es poco una eternidad
para saciarse de Dios;
y la gloria puede estar
en eterno tener sed
de un Dios que a tragos se da.
Una sed sin ansiedad
porque es una plenitud
que, al llenarse crece más.
Por eso cambio tu verso:
La Esperanza es la verdad.

Claro que en la eternidad
no hay ni un "antes", ni un "después"
pero pienso que en la gloria
es eterno tener sed
de querer ser como Dios,
como el Padre que nos ama
y nos quiere ver crecer
hacia una gloria mayor...
irnos pareciendo a Él.

(1 Jn 3/2)

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