miércoles, 12 de septiembre de 2007

Y la Virgen se llamaba María

Y cuando Dios juzgó que era el momento
de venir a este mundo y encarnarse,
eligió una mujer en quien gestarse
y ser hijo de Adán sin fingimiento.

Y el alígero ángel, raudo, atento,
se lo anunció a una virgen sin tardarse.
La joven se sintió ruborizarse
entre asombrada y llena de contento.

-“Si esa es la voluntad, y ese es el modo
que place a Dios y al hombre da alegría,
yo, a su palabra, sierva, me acomodo”.

La joven, que así hablaba y respondía,
tenía un nombre que lo dice todo:
“y la Virgen se llamaba María”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una poesía hermosa, perfecta para cualquier momento. Saludos desde Perú :D