"Yo he venido para que tengan vida,
una vida divina y abundante".
Y te diste cual pasto exuberante,
haciéndote tú mismo mi comida.
Eres buen pastor que a pastar convida,
eres pastor que guía y va delante;
que llama con sus silbos a la errante
y carga en hombros a la que va herida.
Si tú eres mi pastor, nada me falta,
porque eres para mí jugoso prado
donde tu luz y tu gracia el verde esmalta.
En tu paz, yo sesteo recostado,
y en mis sueños un Buen Pastor resalta:
oveja a hombros, zurrón y cayado.
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