"¡Con qué ansia he querido y esperado
celebrar con vosotros esta cena,
esta Pascua, tan nueva, que hoy estrena
el Cordero de Dios sacrificado!"
Y, en medio de los tuyos recostado,
les hablas del escándalo y la pena
que han de sufrir, llegada tu condena,
pero que habrás e estar siempre a su lado.
Y les dejas tus signos y tus gestos,
-signos de amor fraterno verdadero-:
un pan y un vino ya en la mesa prestos,
y un lavado de pies -humilladero-
"para que hagáis así y estéis dispuestos
a lavaros los pies con mutuo esmero."
1 comentario:
Es la estética pura de la Ultima Cena en manera de poesía. Sin duda Dios inspira a sus hijos. Gran trabajo!!
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