Eran diez a los que había curado,
todos recibieron la curación,
todos la misma gracia y sanación,
pues todos juntos lo habían gritado.
-"Id, pues, al templo, como está mandado",
que los sacerdotes con precisión,
certifiquen la purificación,
que cada uno está limpio y sanado.
Se vieron limpios al ir de camino,
y entonces uno regresó al instante
a dar gracias a Jesús, santo rabino.
Los nueve judíos, ley por delante,
y el samaritano, fe a lo divino
y gratitud sincera y redundante.
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