En alto levantado,
-sobre el monte y el mundo-
clavados pies y manos,
ensangrentado y mudo.
Ya no tienes palabras,
sólo tu sangre grita,
una sangre que clama:
¡Verdad en carne viva!
Ahora, más que nunca,
Palabra eres de vida,
La Palabra que esclama:
¡Verdad en carne viva!
Toda sangre vertida
pide a gritos venganza,
sólo la tuya grita:
"¡Perdona su ignorancia!"
Que ¿qué es la verdad?
-Aquí tenéis la mía:
un amor que se da
hasta entregar la vida.
Por las bocas abiertas
de mil llagas y heridas,
sigues gritando al mundo:
¡Verdad en carne viva!
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