Te tenía elegido
ya antes de haberte un día formado,
antes de haber nacido
y de ser alumbrado,
ya antes te tenía consagrado. (Jr 1, 5)
Desde el seno materno,
ya desde las entrañas me llamó;
su designio era eterno, desde siempre me amó
y ya entonces mi nombre pronunció. (Is 49, 1)
Por eso me sondeas,
por eso me sondeas y conoces,
por ver si en mí te veas
y en mí te reconoces
para que, como Padre, en mí te goces. (Salmo 138)
No hay comentarios:
Publicar un comentario