El Reino de los cielos se parece
a un hombre que se va de viaje, lejos,
y encomienda a sus siervos, muy perplejos,
que cuiden bien su hacienda, a ver si crece.
Cinco, dos, un talento les ofrece;
los primeros negocian, sin complejos
no dejan los talentos se hagan viejos
y así, la hacienda en sus manos florece.
El que tenía tan sólo un talento
tuvo miedo en negociar con él
y lo escondió en la tierra al momento.
Cuando volvió el señor del viaje aquel,
premió a los dos primeros con contento,
y al otro quitó el talento por infiel.
1 comentario:
Padre José Luis no sabe que alegría me da poder haber encontrado su blog, no soy poeta pero me gusta escribir poesia de reflexion, desde ahora puede contar con una seguidora de su obra poetica y evangelizadora, un abrazo en Cristo Jesús, Maria José
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