Como "atleta de Dios" fue definido,
y fue también "atleta de María",
el "totus tuus" fue su gran lema y guía,
fuerte en todo y en la fe aguerrido.
Como Pontífice fue elegido,
irá ofreciendo al mundo, día a día,
su juvenil sonrisa y alegría
que le hará ser por todos muy querido.
Y en más de cien países visitados,
proclamó la "cultura del amor"
para vivir los hombres hermanados.
Por eso, hoy la Iglesia es un clamor
gritando todos muy entusiasmados:
¡fuiste de los altares merecedor!
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