Ibas de aldea en aldea
y, aunque siempre ibas de paso,
nadie podía decir
que tú pasases de largo.
Por más deprisa que fueras,
siempre tomabas contacto
con el pobre y el enfermo,
¡siempre allí pasaba algo!
Que por donde tú pasabas,
-aunque fuera breve el paso-
algo nuevo iba a ocurrir,
¡pues, no pasabas de largo!
Tú sigues viniendo a mí
en un encuentro diario,
y yo sé muy bien, Jesús,
¡que nunca pasas de largo!
1 comentario:
Jesús pasa y no le seguimos como es nuestro deber de cristianos, gracias por este blog padre, es un regalo del cielo, con cariño Maria José
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