Marta y María, hermanas desiguales;
muy inquieta y activa la primera,
con ganas de servir muy placentera
al amigo Jesús y comensales.
Y María, a los pies confidenciales
del Maestro -Palabra verdadera-
se pasa atenta la mañana entera
gustando de coloquios tn cordiales.
- Señor, dile tú a María, mi hermana,
que ni ayuda ni el trabajo comparte,
y así está toda la santa mañana.
- Marta, Marta, que el trajín no te aparte
de escuchar a Jesús de buena gana,
"y, hoy, María eligió la mejor parte."
No hay comentarios:
Publicar un comentario